miércoles, 15 de enero de 2020

Etapas del desarrollo humano.



Nos encontramos en el octavo mes de embarazo y a pesar de que a lo largo de todo el período de gestación los miedos sucumbieron nuestro universo, llega un momento en el que todo confluye en un mañana, sin ninguna certeza. Tal como lo describe un viaje a Holanda, nunca sabemos cuál es el camino que debemos tomar, nuestras expectativas están en la cima, pero somos conscientes de que todo puede cambiar y ese miedo se encuentra siempre presente.
Es en este momento que nuestra cabeza empieza a representar nuestra historia y aunque tengamos muy buena memoria, los recuerdos de los buenos momentos de nuestra niñez abundan, las travesuras y las incongruencias de cada etapa, hoy con signo de pregunta toma protagonismo ¿Cómo puede haber hecho eso? ¿Cómo lo hicieron mamá y papá para ayudarme? ¿sintieron los mismos miedos? Y las preguntas que más desazón provocan son ¿Cómo lo haré yo? ¿Cómo será este peque que viene en camino? ¿Podré entregarle todo lo que necesita? 
Es por esto que Aprendiendo con mamás en colores hoy quiere hacer un recorrido por las distintas etapas que transitamos a lo largo de nuestra vida y claro está, que en artículos posteriores haremos hincapié en aquellas etapas que como cuidadores de infancias hoy nos reúne. Pero, entendemos que el conocimiento de uno mismo, la aceptación del lugar en el que nos encontramos como mamá, papá, abuela, abuelo o educador, en definitiva cuidador de infancias, permitirá elegir la actitud que debemos enfrentar y abordar la crianza por dos motivos, el primero, saber reconocer aquello que desconocemos de nosotros mismos y re direccionar nuestras propias acciones y segundo, porque reconociéndonos, nuestra guía , acompañamiento y cuidado será lo más acertado posible, garantizando que en el adulto que somos habita el niño que fuimos y es en la niñez que ejercemos cuidados, donde se encuentra el germen del adulto sano que estamos cuidando. 
Sin querer hacer una clase de psicología o pedagogía consideramos necesario reconocernos desde afuera para poder armar el puzle que conforma nuestra historia para luego encontrar las piezas del puzle que sin duda formarán parte del desarrollo y la crianza de nuestros hijos/as.
Partiremos desde la idea de que, como seres humanos transitamos distintas etapas del desarrollo, algunos teóricos dicen que son más, otros menos, pero en general concuerdan, que pasamos por siete etapas en las que vamos desarrollándonos y conformándonos en lo que somos hoy. 
Así, todos iniciamos nuestra historia en el vientre materno y a esta etapa la llamamos:
Etapa prenatal: 
También se le denomina fase de la vida intrauterina o etapa de desarrollo intrauterino o embarazo. Transcurre desde la concepción o fecundación del nuevo ser hasta su nacimiento en el parto.
Esta etapa tiene tres períodos o fases, la primera se denomina PERÍODO GERMINAL ZIGÓTICO, Se inicia en el momento de la concepción, hasta que se conforma el embrión, que más o menos se da llegado al final de la segunda semana, momento en el que se arraiga en el útero. La segunda fase de denomina PERÍODO EMBRIONARIO, este transcurre desde el final de la segunda semana, después de la concepción, hasta el final del tercer mes (primeras 12 semanas). Desde esta etapa iniciamos el incansable camino de nuestro desarrollo y este es el periodo en el que más sensible somos a posibles daños por factores diversos, por ejemplo, por consumo de alcohol, por ciertos medicamentos, por drogas estimulantes, por infecciones, por deficiencias nutricionales, por radiografías o radioterapia o por contaminantes ambientales de distinto tipo, desde aromatizadores de ambiente, hasta repelente de insectos. En el intertanto de estas dos fases, alrededor de las siete semanas, el embrión se divide en tres capas, las cuales se van diferenciando hasta formar los esbozos de los futuros sistemas o aparatos corporales. Al final de la décima semana de edad gestacional el embrión ha adquirido su forma básica y el siguiente período es el del desarrollo fetal. Es preciso aquí, tener conciencia de que todo lo que somos confluye en un porcentaje a lo heredado genéticamente y otro porcentaje a lo heredado ambientalmente, en esta etapa en particular hacemos referencia a ese porcentaje genético que ha conformado mucho de nuestro carácter, mucho de las enfermedades que hoy padecemos, mucho de las deficiencias que sufrimos, como así también de todo lo positivo que poseemos. En definitiva, es en esta etapa que nuestros ancestros dejan su huella en nosotros y nosotros dejamos nuestra primera huella en nuestra descendencia. De esta manera entramos en la tercera fase que se denomina PERIODO FETAL, es en esta, cuando el embrión llega a su culminación, o ya tiene la forma de un ser humano y seguirá desarrollándose 7 meses más, hasta abandonar el útero materno a través del nacimiento o parto. El nacimiento o parto marca el final de esta etapa del desarrollo humano y da lugar a la etapa de la infancia.
Si prestamos atención, es aquí donde empieza nuestro recorrido, y muchas veces por desconocimiento no percibimos la magnitud de la necesidad del cuidado de la infancia desde este momento, nosotras, desde Aprendiendo con mamás en colores en artículos posteriores abordaremos cada etapa en particular. Mientras tanto avanzaremos reconociendo el camino que recorrimos hasta llegar a donde estamos, ya sea en el octavo mes de embarazo, en nuestra ancianidad, o en el momento que proyectamos formar una familia.
Luego de haber pasado un doloroso, pero maravilloso parto, da inicio la segunda etapa que recorremos y que recorren nuestros/as hijos/as a esta, le llamamos: 
Etapa infantil o primera infancia:
Está comprendida entre el nacimiento y los 6 años de edad. En el momento del nacimiento recibimos el nombre de Neonatos y reconocemos en esta etapa dos períodos o fases.
La primera se denomina PERÍODO NEONATAL, esta fase se constituye durante el primer mes después del nacimiento, pesamos alrededor de 3 kilos y presentamos una cabeza desproporcionada en relación con nuestro cuerpo. Dormimos la mayor parte del tiempo durante este período manifestamos, entre otros, los siguientes cambios o progresos:
  • Aparecen los primeros actos reflejos como succión del pecho materno y reacción de sonidos fuertes.
  • Realizamos movimientos espontáneos e indiferenciados: agitamos y retorcemos nuestro cuerpo, movemos brazos y piernas, pedaleamos, etc.
  • Presentamos también reacciones emocionales indiscriminadas de agitación y excitación por una pérdida del equilibrio del organismo y por estímulos agradables y desagradables.
La segunda fase se denomina PERÍODO DE DESARROLLO DE LA INFANCIA, en este momento, a nosotros, los seres humanos, nos interesa ejercitar los órganos sensoriales, movimientos y lenguaje, y manipulamos de forma repetida los objetos que se encuentran a nuestro alcance. A través de este aprendizaje en los tres primeros años, adquirimos capacidades básicas como manejar las manos, ponernos de pie, caminar, hablar, hasta desplazarnos por nuestros propios medios. Entre los tres y cinco años, nos convertimos en un dínamo de energía, impulsos, mandos, beligerancia y, en general, comportamiento fuera de límites. Las habilidades físicas, sociales y cognitivas hacen eclosión.
Etapa exquisita y extremadamente exigente de atención y cuidado, ni más, ni menos que las otras, pero es la primera etapa en la que nos configuramos en seres diferentes y separados de mamá.  A continuación, pasamos a la tercera etapa a la que se denomina, 
Niñez o segunda infancia:
 Es la tercera etapa del desarrollo del ser humano. Normalmente esta etapa del crecimiento de la vida humana se sitúa entre los 6 y 12 años. Coincide con nuestra escolarización o ingreso a la escuela, lo que significa la convivencia con otros seres humanos de la misma edad y, por lo tanto, iguales en derechos, deberes y requerimientos de atención. Las exigencias del aprendizaje escolar trabajan y estimulan el desarrollo de las cognitivas: la percepción, memoria y el razonamiento. A través de los juegos estudiamos, desarrollamos y adquirimos múltiples capacidades que nos ayudarán en la vida como el sentido del deber, el respeto al derecho ajeno, el amor propio, entre otros. También en esta etapa del crecimiento se desarrolla el pensamiento lógico, aprendemos a controlar la imaginación desbordante que impera en la infancia. Nos volvemos más objetivos, siendo ya capaces de ver la realidad, tal como esta es y no como nos la imaginábamos.
Características de la etapa:
  • El contacto con otros niños influye en el proceso de socialización y en la adquisición de capacidades de relación con otros seres humanos.
  •  Se desarrollan capacidades cognoscitivas como la percepción, la memoria y el razonamiento.
  • En esta etapa también se adquieren el sentido del deber, el respeto al derecho ajeno, el amor propio entre otras capacidades.
  • También se desarrolla su pensamiento lógico y su capacidad de distinguir entre realidad e imaginación.

Resulta muy difícil englobar en una pequeña síntesis la infinidad de procesos que se generan en estas tres primeras etapas, pero intentamos dejar lo más resaltante dejando atrás temáticas muy importantes pero que sin duda serán abordadas en otros artículos.
De esta manera ingresamos a la siguiente etapa nos volvemos adolescentes, ¡sí, nosotros también la vivimos! ¿acaso lo has olvidado cuando tu hija/o te sacaron de las casillas?  Aquí estamos, nosotras, las Aprendiendo con mamás en colores para recordarte que tú también fuiste adolescente, vamos a ver qué fue lo que nos sucedió y que les sucede a nuestras/os hijas/os en esta etapa. (Si quieres mas información clica aquí)
LA ADOLESCENCIA
La Adolescencia precede a la juventud y está comprendida aproximadamente entre los 12 a 20 años, aunque varía mucho de un ser humano a otro. Actualmente, es muy variable y resulta difícil precisar con exactitud cuándo termina, dependiendo de factores sociales, económicos y culturales. Normalmente en sociedades más primitivas dura mucho menos que en sociedades más civilizadas. A su vez se ha comprobado que las mujeres maduran antes que los hombres.
Características de la etapa de la adolescencia:
  • En esta edad dejamos de ser una niña/o, aunque todavía no hemos alcanzado la madurez y el equilibrio, propios de un individuo en la etapa de la juventud o adultez.
  •  Se registra un evidente y acelerado crecimiento en talla y peso.
  • La voz cambia y se convierte en mucho más grave.
  •  Las glándulas sexuales inician su periodo de madurez, apareciendo los caracteres secundarios de los sexos y registrándose una pronunciada diferenciación en las formas corporales del hombre y la mujer.

Cambios psicológicos en la adolescencia; los cambios bruscos físicos y orgánicos provocan profundas modificaciones psicológicas:
  • La fantasía de las etapas anteriores se transforma en fantasía hacia el propio mundo interior.
  • La vida sentimental se convierte en muy intensa y variable.
  • En esta etapa comenzamos a tener deseo de independencia en la vida.
  • Comenzamos a aprender el valor de los valores o ideales y comenzamos a tener los propios.
  • Sentimos el impulso por la realización de cosas.
  • Progresivamente empezamos a tener una preocupación por el futuro.
  • Nos descubrimos como nosotros mismo y el mundo del nuestro Yo.

Menuda ensalada se produce en nuestro interior al momento de ingresar, vivir y tener que salir inmunes de esta etapa, pero… Nosotros lo hicimos, la presencia o la ausencia de nuestros padres o de los adultos responsables de nuestra crianza, nos dotaron de las herramientas que nos sirvieron para ser quienes somos y para afrontar nuestras carencias y virtudes en el momento de tener que acompañar a nuestras hijas e hijos a traspasarla y así llegamos a la siguiente etapa. (Si quieres mas información clica aquí)

La Juventud:
Como norma general se establece su inicio a los 20 años y se extiende hasta los 25 años de edad. Como en el caso de la mayoría de las etapas, no es fácil marcar ni el inicio ni la duración exacta de estas etapas ya que pueden variar mucho de una persona a otra por diversos factores: factores hereditarios, clima local, estado de salud, alimentación, clase social y cultural, nivel de actividad física o intelectual, etc.
Las características de la etapa de la juventud:
En esta, nos hallamos más tranquilos con nosotros mismo y con respecto a lo que habíamos sido y sentido en nuestra adolescencia, y aunque no ha llegado todavía al equilibrio, que es característico de la adultez, ya se va avanzando en el autoconocimientos y auto aceptación.
Es la mejor época para el aprendizaje reflexivo, pues la razón y la capacidad de pensar han logrado frenar los excesos de la fantasía y ahora, en la juventud somos es capaces de enfrentarnos objetivamente a la realidad que nos rodea.
Es verdad que no todos transitamos las etapas de igual manera y es preciso saber que lo no adquirido hasta ahora repercutirá seriamente en nuestra vida adulta, pero hay dos cosas importantes aquí, la primera, que todo se aprende, todo lo no adquirido se puede adquirir, puede que cueste más, pero no es imposible y lo segundo, que reconocer nuestras carencias es lo que más fortaleza nos da. De esta manera ingresamos a la
La etapa de la adultez
Generalmente se establece en la edad comprendida entre los 25 y los 60 años, aunque como en el caso del resto de las etapas del desarrollo humano, no es fácil determinar en forma precisa cuando se inicia y cuando acaba ya que además de ser cambios graduales dependen de las circunstancias de cada uno de los individuos. Su inicio y duración dependen muchos factores tales como la salud, las costumbres o hábitos de vida, el estado físico general, la alimentación, y un largo etc.
Podemos decir que es la etapa del desarrollo de la vida en el que alcanzamos la plenitud en nuestra evolución física, biológica y psíquica.
Características de la adultez:
En esta etapa nuestra personalidad y carácter se presentan firmes y seguros y si poseemos la suficiente madurez, sabemos distinguir el control que logramos de nuestros sentimientos y de nuestra vida emocional. Esto es lo que nos permite afrontar la vida con mayor seguridad y serenidad que en las etapas anteriores. La adultez es la época de la vida del ser humano en el que mayor rendimiento en la actividad se presenta.
Cabe destacar que no todos los adultos llegamos a la madurez, con lo que podríamos clasificarlos en dos grupos: adultos maduros y adultos no-maduros o inmaduros. Esta condición es la que nos diferencia al tomar decisiones, al afrontar dilemas, al enfrentar situaciones críticas, al disfrutar de lo mucho o poco que poseemos, a actuar con resiliencia, aceptación y optimismo la vida. Y así también es en esta etapa donde se nos pasa factura de todo aquello que no ha sido reforzado en nuestra infancia y adolescencia. Es en esta etapa donde nos encontramos la mayoría de los que leemos este artículo y es la etapa en donde tenemos el control de decir si queremos seguir como estamos o nos atrevemos al desafío de cambiar nuestra historia y con nuestro cambio el de toda nuestra descendencia. Así avanzamos hacia la siguiente etapa.
Ancianidad:
Se inicia aproximadamente a los 60 años de edad y tiene su evolución hasta el momento del fallecimiento. A los que estamos dentro de esta etapa del desarrollo humano se nos denomina "ancianos".
Entre los diferentes ancianos hombres o mujeres la ancianidad tiene efectos, síntomas o evidencias visibles diferentes, ya que no sólo dependen de su sexo y estado de salud en esta etapa, sino que también recobra mucha importancia tanto el nivel de actividad que haya desempeñado en etapas previas de su desarrollo y el nivel de actividad que desempeñe el "anciano" durante esa misma etapa. Se considera que, a mayor actividad física o intelectual, menores son los efectos de esta etapa en la persona.
Características de la ancianidad:
  • Se caracteriza por una creciente disminución de la fuerza física.
  • Dicha disminución a su vez ocasiona progresiva bajada de la actividad intelectual y mental en general.
  • Vamos perdiendo el interés por las cosas de la vida y vamos viviendo más en función del pasado, un pasado que recuerda constantemente ya que el presente y sobre todo el futuro no ofrecen muchas perspectivas.
  • El carácter de las personas en esta etapa se va modificando. En los ancianos que hayan tenido una adultez sin una personalidad muy madura se manifiesta una marcada tendencia al egoísmo, la desconfianza, un elevado criticismo y presenta reacciones agrias contra la sociedad y contra sus familiares o cuidadores en particular.
  • Estos síntomas pueden llegar a ser muy evidentes en el caso de algunos ancianos y apenas presentes en otros con niveles de actividad física, mental y vital mayores.

Llegar a esta etapa nos permite preocuparnos menos de algunas cuestiones, realizar balances sobre otras y ocuparnos de las generaciones que nos siguen, atendiendo cuidando y disfrutando más de nuestros nietos, siendo como muchos dicen la segunda oportunidad de ejercer la paternidad. 
Con esta breve introducción, al maravilloso viaje de nuestra vida, queremos significar que durante todo el proceso estamos a tiempo de re direccionar nuestro presente y futuro, que las únicas armas que nos empoderan responden al conocimiento, saber nos hace libres y esa libertad se ejerce a partir de que decimos, sí, quiero cambiar, quiero aprender y quiero hacer de mi vida un adulto sano, dotando de herramienta y condiciones, que construyen infancias y cuidan de ellas. Es con este artículo que damos fundamentación al apartado que usamos como corolario de cada artículo cuando afirmamos que, “como miembros de una sociedad, somos parte de un entramado, donde la historia de un pueblo, la historia personal, las acciones del otro influyen directamente sobre nosotros y sobre nuestras infancias, por ello, cada artículo que te propongamos será sólo la introducción a un todo más complejo y más profundo, que en su conjunto ayudará a formarnos en adultos comprometidos y responsables  porque, “en el adulto habita el niño, y es en la niñez, donde está la base del adulto sano”.
Si quieres consultar los lectulazos sugeridos clica aquí.


Ivana y Julieta desde 
Aprendiendo con mamás en colores


Fuentes:
  • Abril Alonso, Á.; Ambrosio Flores, E.; Blas Calleja, Mª.; Caminero Gómez, A.; García Lecumberri, C.; Higuera Matas, A.; Pablo González, J.(2017) "Fundamentos de psicobiología", Madrid, Sanz y Torres.


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