viernes, 11 de septiembre de 2020

Cuando decidimos ser madres.




Cuando decidimos ser madre.

Del orden al caos y del caos a la estabilidad.



La llegada de la maternidad, a muchas mujeres nos significó un quiebre al orden estatuido, una vida armónicamente organizada entre trabajo, pareja, familia y amigos y ¡plaf! llega ese momento en que miramos a nuestra pareja y de repente nos planteamos el paso siguiente, tener un hijo y conformar un hogar.

¡Guau!! Al principio todo parece un cuento de hadas, los preparativos, los planes, planificamos, organizamos y al mes siguiente la regla no aparece, llenas de ansias esperamos una semana, dos y al despertar el fin de semana, despertamos a nuestra pareja a primera hora para hacer el test… tomamos la muestra y la palabra mágica aparece en la pantalla “embarazada” ( si quieres saber más clica aquí). La felicidad, y la alegría inundan la casa inicia una nueva etapa, un nuevo momento a experimentar, las expectativas son inmensas pero muchas veces la realidad no se alinea con ellas, para muchas, a partir de allí empiezan lo vómitos, los mareos, el malestar, los cambios del cuerpo y sumado a ellos los cambios de humor pero también para otras simplemente aparecen las nuevas sensaciones, se dispara la percepción de los sentidos y el embarazo transcurre sin ninguna alteración a esa vida ordenada y armónica  a la cual estábamos acostumbradas. Dependiendo que tan tranquilo o riesgoso se haya presentado el embarazo la vida sexual se verá o no afectada y posiblemente la vida de pareja empieza cambiar, a pesar de aún no haber nacido, el bebé ya es uno más en la casa, uno más en las decisiones y uno más en la vida diaria. Para muchas el cambio se vive en armonía, pero para otras, puede que el cambio traiga aparejado ciertos roces y diferencias con la pareja, pero sin duda, al final, en esa etapa donde la oxitocina inunda el hogar todo se relaja y se calma en el anhelo de la tan esperada llegada.


Como mujeres, el trabajo se ve claramente afectado, por más normal que haya  sido el tránsito del embarazo, hemos cambiado, nuestro cuerpo es diferente, pide cosas diferentes, como ir mas veces de lo común al baño, hasta querer comer aquello que  en la vida hubiésemos elegido, desde descartar completamente los perfumes que antes adorábamos, hasta andar llorando por los rincones cuando nos describiamos como mujeres fuertes y valientes, hormonalmente nuestro cuerpo a cambiado y debemos adaptarnos nuevamente  con todo lo que tenemos alrededor y muchas veces llegan esos momentos donde nos preguntamos si realmente estamos preparadas para la maternidad y todo lo que ella conlleva.

El precioso fruto del amor nace y crece, termina la licencia por maternidad y es hora de volver a esa supuesta cotidianidad, pero... emocionalmente ¿estamos preparadas? El apego (si quieres saber más clica aquí) juega un rol fundamental en doble sentido, tanto para el pequeño/a como para nosotras. Como mujeres nos dejamos, muchas veces, llevar por ese nuevo estatus adquirido por ese rol de madre, internamente los prejuicios y nuestros propios juicios se entremezclan entre el ser y el deber ser, muchas veces aparece el sentido de la culpa por una sensación de abandono y si no nos encontramos lo suficientemente fuerte para dar nuevamente un giro a nuestra vida y darnos cuenta que ya nada será igual, que emocionalmente hemos cargado nuestra mochila de nuevos desafíos, preocupaciones, ocupaciones y materialmente hemos redistribuido nuestro tiempo. En esta instancia ya no solo nos entregamos  a la vida de pareja, a la vida laboral, a la vida con amigos o con la  familia, sino que también ahora nos entregamos a un nuevo hogar a nuestro hogar , a ese que en aquel momento en el que nos miramos con nuestra pareja y nos encaminamos en el maravilloso mundo de la ma/paternidad y ni siquiera imaginamos la magnitud a lo nos encaminábamos, probablemente suframos mucho ese desapego que forma parte de ese proceso de crecimiento y desarrollo en el que vivimos simbióticamente como familia.

Esa mujer que antes dedicaba horas al cuidado personal, a la estética, ahora pasa horas mirando a ese conjunto de células impulsadas por un corazón fuerte y acelerado que es capaz de robarnos amorosamente horas de sueño y adoración... ahora tiene que salir de casa y volver a reacomodar todo de manera tal que esos momento de admiración y amor no se pierdan, ni en tiempo ni en calidad y… nuevamente el tiempo, el tiempo se vuelve en nuestra contra, muchas veces sentimos que no damos a basto, que mientras estamos en el trabajo pensamos en lo que hay que hacer en casa , que mientras estamos en casa, estamos pensando en el trabajo, que en el momento de descanso no descansamos porque pensamos en todo lo que no hicimos y además nuestra pareja… ¡¡¡pufff!!!… quizá quedó allí en esa  muestra de amor que se refleja en el trabajo cansado de juntar la ropa sucia que termina en el canasto para hacer la colada, y amor amor amor, técnicamente las muestras de amor se materializan en esas prácticas, amorosamente anhelamos las tarde enteras de verano con helado y películas en el sofá, pero el tiempo ya no lo permite la circunstancia parental principalmente de los primeros años de vida no lo permiten.

Y así nuestra cabeza precisa reorganizar y redistribuir pero sobre todo precisa de un aval emocional que muchas veces se encuentra reflejado en la ayuda del compañero, pero también de la tribu , esa que refuerza y acompaña, que apuntala y valora. La llegada de este nuevo miembro a la familia , tan buscado, tan anhelado cual meteorito que en la extinción de los dinosaurios impactó de lleno sobre la tierra, colmó de polvo amoroso y nubló la visión por un periodo no muy corto de tiempo... mi querida amiga, de a poco el polvo se aplaca y empezamos a ver y empezamos a reorganizar y si estamos apoyadas todo se hace menos difícil. No podemos dejar de lado , que muchas veces nos toca aferrarnos a la fuerza de la mujer que poseemos internamente en soledad, pero aún así, salimos adelante, con errores y aciertos, con llantos y risas con cansancios y con paz.

Aunar el trabajo que está fuera de casa y el que está dentro de casa nos demanda una carga doble, por ello la clave principal se encuentra en poder priorizar qué es lo que está primero, que responde a las necesidades básicas que hacen que tú, como mujer, te sientas bien y en armonía en los lugares donde te encuentras.  Es imposible entrar al trabajo y dejar el hogar fuera, suele ser menos difícil llegar a casa y dejar el trabajo fuera de casa, También las hay quienes les resulta difícil y hasta imposible, (por el teletrabajo) pero sea cual sea tu situación intenta detenerte mirara a tu alrededor (si quieres consulta aquí técnicas para relajación) y establece límites, principalmente limitaciones de horarios, que hagan de tu dia, un conjunto de espacios específicos de actividades específicas, organizar la rutina es lo único que te permitirá realmente disfrutar de cada momento sin vivir con el agobio de lo que no hiciste o de lo que aun te falta. 


Con lo que aquí expresamos no te garantizamos que llegues al final del dia menos agotada, por el contrario el cansancio continuará, pero si te podemos garantizar que el alivio que sentirás será interno, el de decir que el tiempo  dedicado a cada cosa o cada persona fue el que podías dar aun queriendo dar más, entregaste lo mejor de ti. 

Los hijos vienen a cambiar nuestras vidas , pero somos nosotras quienes decidimos cómo vivirlas, por ello depende de nosotras re encauzar la calma, la rutina y la estabilidad que poseíamos antes de la llegada de nuestro pequeño/a. Si enfrentas la maternidad sola, lo mejor es buscar apoyo, en la familia, en los amigos, en una tribu de contención. Si tienes un compañero que camine a tu lado dialoguen y establezcan acuerdos, dividan tareas y reorganicen juntos esos momentos que precisan orden. Pero por sobre todo no te olvides de ti, como mujer, como creadora, como innovadora como dadora de vida, por que es en tu interior  donde encontrarás el ánimo y empeño para poder avanzar ante cada prueba, obstáculo o desafío que se presente y es ese reflejo el que irás dejando de ejemplo para quienes comparten dia a dia tu vida. 

 Con cariño Profa. y TPES Ivana Cancino y Lic. Julieta Delgado. 


Aprendiendo con Mamás en colores





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