miércoles, 8 de enero de 2020

Autoestima


  

Cuando llevamos a nuestros hijos/as al parque, cuando compartimos momentos con los niños/as o adolescentes en el salón de clases o en los recreos, observamos  que hay algunos que siempre tienden a estar en grupo, mientras que otros buscan estar solos, así mismo están los que simplemente deambulan sin encontrar algo que atraiga su atención. También podemos detectar aquellos que hablan mucho e intentan mostrar todo lo que tienen o en lo que destacan, pero también vemos aquellos que están  callados, que nunca muestran lo que poseen y que a su vez los destaca. La atención que dedicamos en estos momentos nos lleva a preguntarnos ¿Qué es lo que hace que cada uno se desenvuelva, en idénticas situaciones sociales, de diferentes modos? Es a esta pregunta, a la que intentaremos dar respuesta en este artículo.


Uno de los principales motores que impulsan nuestros actos es conocido como AUTOESTIMA. Cuántas veces, a lo largo de nuestras vidas, hemos escuchado hablar de ella y hemos hablado sobre ella, sin ocuparnos en ahondar sobre las bases teóricas en las que se sostiene y sin saber la función privilegiada que cumple en el desarrollo de nuestra existencia y en la de nuestros hijos/as y estudiantes. Como padres o como educadores, cuando nos llegan referencias respecto a que nuestro hijo/a, un amigo/a de nuestro hijo/a o que un estudiante de la clase tiene autoestima baja, desde la  concepción que poseemos de su significado, tendemos a preguntarnos ¿Cómo puedo ayudar a mi hijo/a o alumno/a?, ¿Qué puedo hacer?, ¿Qué será bueno?. Partir desde la premisa que es necesario buscar información y realizar una formación, si así surgiera la oportunidad, sería la base para poder abordar de lleno una situación que podría tornarse problemática. Si atendemos a esto como base del planteo, las preguntas adecuadas serían: ¿Qué es la autoestima y qué implica? ¿Por qué importa desarrollar una autoestima positiva?, ¿Cómo se manifiesta en los diferentes ámbitos, casa, escuela, club?. A estas cuestiones, en este artículo de Mamás en colores, intentaremos  dar luz para que, no solo adquieras una base de  conocimientos que permitan reconocer los alcances de tu implicación (mamá, docente, papá, tía, abuela) sino que además te nutras de herramientas que permitan potenciar la autoestima de tu hijo/a o estudiante.

  
Resulta imprescindible partir conociendo que, la autoestima, tanto en niños/as, adolescentes y en adultos, es la valoración afectiva y grado de aceptación de uno mismo. Está, intrínsecamente relacionada con el autoconcepto el cual se define en la forma que nos describimos y se construye por la interpretación propia de cómo los demás nos devuelven su mirada respecto a lo que hacemos. Más adelante hablaremos sobre cuán  importante es la devolución de tu respuesta de manera afectiva, respetuosa y ajustada en la capacidad y necesidad  de los niñas/os y adolescentes.

A modo descriptivo y de manera genérica diremos que la autoestima se compone de  tres áreas.

1) Área fisiológica, corresponde a lo que sentimos. Luego veremos cómo el aprendizaje de verbalizar las emociones,  y además tratarlas, permite que la autoestima se desarrolle adecuadamente 
2) Área cognitiva, corresponde con  lo que pensamos.  Ligado al autoconcepto, supone en un buen desarrollo, que el niño/a además de ser positivo, se esfuerce y persevere en la concreción y alcance de  sus objetivos. 
3) Área motora, corresponde con lo que hacemos. Refiere al  comportamiento, en definitiva, al proceder adecuadamente ante determinadas circunstancias, con empatía y respeto hacia el otro.
Entender que el proceder tiene consecuencias, implica, que  antes de realizar una acción debemos reflexionar, empatizar, incluido si hace falta reconducir las conductas,  para que su resultante sean las más adecuadas, socialmente hablando. 

Estas tres áreas, que responden a  lo que sentimos, lo que pensamos y lo que hacemos, se nutren entre sí, generando un autoconcepto. Por ejemplo, ser capaces o incapaces, torpes o hábiles etc implica una autovaloración que se encuentra influida ampliamente por la mirada de los otro. Ten en cuenta  que en la medida de cómo uno se valore y cómo uno se sienta con ello, supondrá el desarrollo de una serie de características de autoestima, las cuales se diferencian en los siguientes grados:
  • Baja:
Las personas con baja autoestima se caracterizan  por tener un autoconcepto pobre, éste se manifiesta en tendencias de  aislarse e inhibirse, su actitud suele ser de desánimo y tristeza.
Son niño/as, adolescentes, adultos, que  no expresan sus sentimientos o emociones por temor a ser rechazados o por temor a que las personas se enfaden con ellos.
Físicamente no se sienten atractivos (algo que cobra importancia relevante a partir de la preadolescencia). 
No confían en sus habilidades y al  compararse con otras personas, consideran que el trabajo de los demás es  mejor que el propio trabajo.
  • Media:
Las características que se presentan son  similares a las personas con alta autoestima debido a que son capaces de aceptar críticas y de tener una actitud positiva pero, tienden a presentar una percepción de sí mismos más insegura, razón por la cual buscan aceptación social, importando mucho la opinión de los demás.
  • Alta:
Se caracterizan por ser activas, expresivas, seguras de sí mismas. Confían en sus habilidades para relacionarse con otras personas y para realizar sus tareas con éxito y calidad.
Las relaciones sociales en el grupo o grupos en los que se desarrollen son buenas. Son más felices. 

Avanzando, en más conocimientos, abordaremos ahora las dimensiones de la autoestima desarrollando su alcance 
  •  Dimensión familiar: 
 Refiere a cómo uno se percibe siendo parte de la familia, hijo/a olvidado, hijo/a exigido, hijo/a querido etc.
El primer espacio a partir del cual el niño/a empieza a notar que es distinto del resto de los niños/as, es en su familia y en su casa.
Es en la dimensión familiar donde a partir de   las formas de relacionarse, se otorgará la seguridad y el sentimiento de ser queridos, valorados  y aceptados. 

Estrategias para trabajar la autoestima desde esta dimensión :

            👣 Permitir al niño la participación en la elección de actividades familiares.
           👣 Teniendo en cuenta el nivel evolutivo, las capacidades y limitaciones, establecer responsabilidades de realizar  tareas del hogar ( ejemplo ordenar sus juguetes, colocar la ropa sucia en el canasto, elegir la ropa para el próximo día, participar en la preparación de su mochila). 
Cuando Tú, mamá, papá, asumes, que la forma de relación con el niño/a, en la cual se le reconocen sus habilidades, capacidades y limitaciones de forma respetuosa, con límites claros y justos,lo que haces es, en definitiva, propiciar  el desarrollo del sentimiento de ser valorado y aceptado, lo que se traduce en un autoconcepto de ser único y valioso. La aceptación de las limitaciones, le permiten  quererse tal cual es, sobre esta base podrá apreciar, valorar, perdonar y respetarse, no solo a sí mismo, si no también a los demás. Esto claramente trasciende en una alta autoestima.
  • Dimensión afectiva: 
Responde a cómo uno se ve , algo así como la percepción de sí, a partir de los  rasgos de personalidad (soy agradable porque soy simpático, tranquilo, buena persona, tímido…)
Si te fijas en esta dimensión, es el espacio para que tú trabajes con tu hijo/a o estudiante las emociones. Para que el niño/a o adolescente pueda expresar sus sentimientos, primero deben saber que emociones existen, aceptando que no son, ni buena ni malas, simplemente se presentan ante situaciones determinadas. Reconocerlas, les ayudará a   observar y tomar conciencia, no solo de la emoción en sí y para sí, sino que además, podrá evitar que la emoción dirija su comportamiento definiéndolo. 

Estrategias sugeridas:

            👣 Trabajar un diccionario de las emociones, enséñale a identificar y describir lo que le ocurre por su actitud y que a partir de esto pueda actuar en situaciones parecidas de otra forma. 
       👣 Tú eres su espejo, por cada emoción que tu vivencies en su presencia, es necesario que le atribuyas un nombre y recuerda que la forma en la que abordes ese estado, será siempre un modelo que tu hijo/a o tus estudiantes tenderán a seguir.
Partimos de la base de que si es capaz de reconocer y reflexionar sobre sus emociones y sentimientos, podrá hacer lo mismo con la de los demás, desarrollando empatía y un autoconcepto más positivo que se traduce en una autoestima más alta.  
  • Dimensión social: 
Se relaciona con el sentimiento de pertenencia a un grupo social, y la percepción que siente en cuanto a habilidades para hacer frente a las diferentes demandas sociales. El niño que se siente parte de un grupo de pares, en el cual se tiene en cuenta su participación con sus destrezas, cuando  tiene la percepción de ser aceptado y valorado, tenderá a desarrollar un buen autoconcepto y una alta autoestima. Pero puede ocurrir lo contrario, que en ocasiones, sus características y capacidades no se correspondan con un propósito esperado en una actividad específica  o, también puede suscitarse que una parte del grupo no sea amable y esto se convierta en una serie de experiencias dolorosas e injustas. 

Estrategias para trabajar esta dimensión como padres:  

         👣 Dar una imagen real del niño/a, adolescente, de sus habilidades y sus limitaciones. 
   👣 Propiciar instancias donde reconozcan sus características, sus habilidades y limitaciones , ya que a partir de allí  aprenderá a moderar qué puede y cuáles debe desarrollar en el grupo de iguales.
      👣 Enseñarle a ignorar aquello que no merece la pena y que no todos piensan o actúan igual. 
      👣 Trabajar el afrontamiento día a día para que llegado el momento en que se presenten  situaciones conflictivas entre pares, posean como base la estrategia de la calma, para dar la respuesta más acertada.

Cómo trabajar esta dimensión siendo docente: 

       👣 Trabajar conceptos tales como tolerancia, aceptación, respeto y empatía. 
     👣Generar espacios de trabajo colaborativo, propiciando la participación según las habilidades en las que destacan.
      👣 Exponerlos a instancias de sana competencia.
   👣 Potenciar la comunicación a partir de espacios de debates donde se reflejen los puntos de vista y la aceptación de los mismos.        
En definitiva, cuando guiamos para que afronte situaciones desde la tranquilidad, cuando les enseñamos que ante ciertas situaciones conviene tomar distancia,  buscar compañía con quién seguir jugando o haciendo la actividad, lo que se le enseña, es a salir de ciertos aprietos sin que su autoestima se vea dañada. 
Uno adulto puede comprender que puede no ser aceptado y querido por todos, que en la diferencias de posturas, ideales etc. no siempre es posible encajar con todos de una manera positiva, y podemos abogar por una  interacción respetuosa, pero en los niños/as y adolescentes, esta posibilidad hay que desarrollarla y las estrategias que te citamos aunque son muy básicas, pueden ir desarrollando esta dimensión de una manera más sana tolerante y respetuosa, que conducen a una autoestima positiva. 

  • Dimensión física: 
Implica como percibe su aspecto y características físicas  así como también la percepción de sus destrezas físicas.
Cuando se le transmite al niño/a o adolescente,  una mirada real y objetiva de sus cualidades, que pueden gustar o no, y de sus posibilidades y limitaciones relacionadas con su físico, ayudamos a construir una valoración real para ser aceptada. 
Lo que tú como padre, educador debes fomentar en esta dimensión es el compromiso con un el autocuidado, propiciar el cuidado del cuerpo y la salud, desde la higiene, una dieta equilibrada, ejercicio y momentos al aire libre. 
Poco a poco, se aprende a  aceptar y valorar el cuerpo que uno habita y   esto permite la aceptación, cuidado y respeto no solo  por el propio aspecto sino que también por el de los otros. Esta dimensión junto al resto de dimensiones sociales se traduce en una alta autoestima. 
  • Dimensión académica:  
se basa en  cómo el niño/a o adolescente se percibe capaz o no de rendir a las exigencias académicas de la escuela.
Esta dimensión de la autoestima se relaciona con el autoconcepto de percibirse inteligente y  capaz, pero este tema en su extensión, exige otro encuentro, en otro artículo de Mamás en colores, lo que aquí nos importa es partir de una base común, según  la cual, todos somos inteligentes, todos somos hábiles en algo, todos tenemos alguna destreza, a veces sucede que unos tardan más que otros en descubrirlas, otras veces sucede que nos/somos medimos/medidos según la vara de otro. ¿Os suena la siguiente frase de Albert Einstein, Todos somos unos genios. Pero si juzgas a un pez por su habilidad de escalar un árbol, vivirá su vida entera creyendo que es estúpido?
Esto los niños/as no lo saben, y los adolescentes que transitan una etapa en la que la mirada y medida del otro cobra demasiada importancia, pueden conllevar a una autovalía baja, por ello es vital trabajar desde casa y desde la escuela estrategias que atiendan los alcances de esta dimensión. 

Como papás lo que puedes hacer: 

👣 No criticarlos. 
 👣  No compararlos.
  👣 Darles tiempo para preparar soluciones a sus tareas. 
   👣 No exigirles demasiado para su edad.
   👣 Ofrecerles ayuda y acompañamiento si lo requieren. 
   👣 Propiciar en casa un espacio específico para realizar las tareas escolares. 
    👣 Comentar sus logros y ayudarles respetuosamente con las dificultades. 

Como docente, además de tener muy en cuenta lo que se enumera para padres,puedes:

   👣 Propiciar espacios de aprendizaje a partir de los errores. 
   👣 Alentar y animar a: explorar, investigar, descubrir, expresar o mostrar habilidades que posee.
    👣Establecer vínculos que generen confianza para que acudan a ti, cuando no entiendan algo o haya algún inconveniente en la apropiación de contenidos.
  👣 Establecer las redes necesarias para acompañar ante una dificultad emocional o material que impida el aprendizaje. 
     👣No etiquetarlos. 
    👣 Conocerlos para potenciar las áreas en las que más destacan y sostenerlos en las que menos.

Papás, mamás, educadores, es sumamente importante tener en cuenta que hay que favorecer prácticas que motiven y fomenten los hábitos de estudios, porque tanto motivación como hábito de estudio son necesarios y base para el éxito académico. Ahora bien, aquí cabe una distinción, con éxito no nos referimos a alumnos 10, sino, a niños/as y adolescentes que asumiendo sus dificultades y habilidades, las cuales pueden variar según algún contenido o actividad a otra y aún a  pesar de ello, prosiguen sin darse por vencidos, se esfuerzan y alcanzan objetivos exitosamente. Esto supone que se compromete con sus objetivos, se valora y aprenderá a valorar el esfuerzo de los otros, será más respetuoso con la producción del otro. Y todo esto supondrá una autoestima alta.  

Ya hemos hemos hablado sobre algunas pautas para trabajar las diferentes dimensiones del autoestima, y nos resulta necesario reconocer que a lo largo de nuestra vida, la autoestima  se desarrolla según las etapas evolutivas. Sin intención de explayarnos como si de una clase de psicología evolutiva se tratase, te diremos que hasta la adolescencia somos sujetos en construcción, que tanto en la niñez como en la adolescencia  se cimientan las valoraciones y concepciones que poseemos de adultos. La contención, acompañamiento, valoración y reconocimiento que el entorno haga y el contexto ejerza, serán las determinantes de la autoestima que una persona posea. 

De esta manera nos hemos introducido a la temática de la autoestima, pero esto es solo una pequeña parte de lo que su abordaje demanda. Por esto, el artículo intenta ser la puerta de entrada a muchos temas que nos atañen y nos preocupan a diario en la crianza de nuestros niño/as y adolescentes. Esperamos que aquí, hayas encontrado información útil para ayudarte, no solo para acompañar, desarrollar y fortalecer la autoestima de tu hijo/a o estudiante, si no que además te hayas abastecido de estrategias para acompañar el desarrollo de infancias sanas.
Es necesario que sepas que, como miembros de una sociedad somos parte de un entramado, donde la historia de un pueblo, la historia personal, las acciones del otro influyen directamente sobre nosotros y sobre nuestras infancias por ello cada artículo que te propongamos será solo la introducción a un todo más complejo y más profundo, que en su conjunto ayudará a formarnos en adultos comprometidos y responsables  porque, “en el  adulto habita el niño , y  es en la niñez, dónde está la base del adulto sano”.


Ivana y Julieta  desde 
Aprendiendo con mamás en colores


Fuentes:

Moreno, A.  DEL BARRIO, C..(2005). El Desarrollo del autoconcepto y los cambios en la identidad. Buenos Aires: Aique

Tenti Fanfani, Emilio. (2000). Una Escuela para los Adolescentes.Buenos Aires:Losada- UNICEF.

Roca, E. (2012). Autoestima sana. Una visión actual, basada en la investigación. ACDE Psicología. 

También síguenos por  👇

                                                                   

                                                                           Contáctanos por nuestro correo

                                                                                                

                                                                                         ciaafhuellas@gmail.com


No hay comentarios:

Publicar un comentario