Se trata de un instrumento metodológico, que se utiliza para disminuir un estado de ansiedad, independiente de la situación que haya provocado el estado, su función es disminuir tensiones de tipo muscular, por estrés o por enojo. También puede aplicarse como instrumento conciliador del sueño, ya que al practicarla se entra en un estado de calma. Se basa en realizar una serie de ejercicios que siguen una estructura progresiva de pies a cabeza o a la inversa, estos ejercicios se corresponden con la fase 1 de la técnica de relajación progresiva.
La técnica de relajación progresiva, se recomienda realizar, en un contexto libre de ruidos y estímulos que puedan llamar la atención del niño/a, es decir, que no le permita centrarse en el ejercicio; su aplicación es para niños/os a partir de los 7 años.
Ésta técnica tiene 3 fases, en su conjunto pueden durar entre 10-15' y las puedes repetir varias veces en el día, cada una consiste en :
Fase 1
La técnica de relajación progresiva, se recomienda realizar, en un contexto libre de ruidos y estímulos que puedan llamar la atención del niño/a, es decir, que no le permita centrarse en el ejercicio; su aplicación es para niños/os a partir de los 7 años.
Ésta técnica tiene 3 fases, en su conjunto pueden durar entre 10-15' y las puedes repetir varias veces en el día, cada una consiste en :
Fase 1
● Pasar de la tensión a la relajación: Consiste en ir recorriendo las partes del cuerpo y hacer movimientos de estiramiento suavemente. Así comenzarás por mover un pie hacia arriba , hacia abajo, luego rotar, proseguir con estirar los músculos de la piernas, pasar al otro pie y pierna, luego los brazos, las manos, los hombros, el cuello, las músculos faciales ( sube y baja las cejas, haz muecas)
Fase 2
● Mentalmente ir revisando los músculos que fueron relajados, si aún notas tensión en alguna parte puedes volver a relajar con una serie más de movimientos suaves.
Fase 3
● Por último, relajar la mente. Por ejemplo, redirige tu atención a la respiración, ya sea a como el aire entra y sale de la nariz o bien puedes dirigir tu mente, a como la respiración al inhalar provoca que tú vientre de ensanche y al exhalar, este se aplana. Así, hasta que estés tan centrado en la respiración, al punto que no notes pensamientos, en ese momento, tu mente estará en calma. Puedes permanecer unos minutos allí así y/o continuar con tus actividades
Ivana y Julieta desde
Aprendiendo con
mamás en colores
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